Convencida de que puede generar un impacto positivo en la sociedad, Enel Chile y sus filiales consideran el respeto por los derechos humanos como un eje central del desarrollo sostenible. Desde 2016, ha implementado un sistema de gestión en esta materia, respaldado por su Política de Derechos Humanos, actualizada en 2021 y 2025, que incorpora instrumentos clave como el Código Ético, el Plan de Tolerancia Cero con la Corrupción, el Modelo de Riesgos Penales y el Acuerdo Marco Internacional con Sindicatos Mundiales.
Este compromiso se refleja en la integración de los derechos humanos en sus valores corporativos, exigiendo el mismo estándar a contratistas, proveedores y socios comerciales. Desde 2016, Enel Chile y sus filiales han desarrollado procesos de debida diligencia organizados en ciclos de hasta tres años, alineados con estándares internacionales. Este enfoque preventivo ha permitido identificar oportunidades de mejora y diseñar planes de acción para armonizar políticas y prácticas.
A lo largo de los años, se han realizado más de 4 procesos de debida diligencia, cada vez más amplios en alcance y participación. La inclusión de diversas áreas y líneas de negocio ha fortalecido la representatividad de operaciones y grupos de interés, mejorando la capacidad para anticipar y mitigar riesgos. Esto ha contribuido al cumplimiento de estándares internacionales y a la promoción de prácticas responsables y sostenibles.
Las metodologías aplicadas se han perfeccionado, combinando fuentes primarias y secundarias con herramientas cualitativas como entrevistas, grupos focales y análisis de contenido, junto con instrumentos cuantitativos que aportan métricas precisas mediante cuestionarios y análisis estadísticos. Esta combinación asegura una evaluación profunda, equilibrada y contextualizada.
La debida diligencia ha generado numerosas interacciones con stakeholders internos y externos, bajo un enfoque participativo que busca recoger sus percepciones sobre la aplicación de la política de derechos humanos. Esto ha permitido comprender mejor sus expectativas y preocupaciones, enriqueciendo el análisis y fortaleciendo el vínculo con ellos.
En cada ciclo, se ha ampliado el número de participantes y áreas involucradas, lo que ha profundizado la gestión de impactos a lo largo de la cadena de valor. La diversidad de perspectivas ha sido clave para identificar áreas de mejora y desarrollar estrategias más eficaces y sostenibles.
En resumen, los procesos de debida diligencia en Enel Chile y filiales han facilitado un diálogo constructivo con sus stakeholders y han impulsado la mejora continua de sus prácticas empresariales. Esta estrategia ha permitido detectar riesgos y oportunidades de forma temprana, anticipar impactos negativos y promover un entorno más sostenible. Además, ha contribuido al desarrollo inclusivo y al fortalecimiento de una cultura alineada con los valores de responsabilidad y transparencia
Resultados Cuantitativos:
Entre los resultados alcanzados para la debida diligencia 2024:
Información complementaria:
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