
En Aceros AZA, siempre hemos considerado fundamental nuestro compromiso con las comunidades donde operamos. Es por ello que en 2022 lanzamos el programa “Voluntarios de Acero”, un esfuerzo coordinado que moviliza a nuestros colaboradores para participar activamente en intervenciones que benefician directamente a las comunidades. Este programa ha crecido para incluir a colaboradores de todas las empresas del Grupo AZA, expandiéndose más allá de las comunas de Colina y Renca hacia otras zonas del país, incluyendo Antofagasta, Temuco y Concepción.
Desde 2022, hemos llevado a cabo diversas iniciativas de voluntariado que han impactado significativamente a nuestras comunidades vecinas. Entre las principales actividades, destacamos la entrega de cajas de alimentos, la celebración de fiestas patrias junto a los vecinos de Av. Coquimbo, y la entrega de becas escolares que ha beneficiado a estudiantes de familias cercanas a nuestra planta. Además, hemos organizado la celebración de la Navidad, donde fortalecimos lazos con los vecinos a través de actividades festivas, así como la entrega de vales de gas, que han proporcionado un alivio en términos de necesidades básicas.
En 2024, celebramos el Día del Niño, reuniendo a casi 100 personas en la sede vecinal de Av. Coquimbo, y organizamos eventos de acompañamiento tanto a adultos mayores como a niños con cáncer. También participamos activamente en la colecta nacional de la Fundación Nuestros Hijos, reforzando nuestro compromiso con el bienestar social y el apoyo comunitario a través de acciones concretas y continuas.
Si bien este proyecto ha contribuido a distintos lugares del país con el pasar de los años en materia educacional, social y económica de acuerdo a las necesidades de cada contexto, el verdadero impacto de “Voluntarios de Acero” se puso de manifiesto en febrero de 2024, cuando enfrentamos uno de los desafíos más devastadores en la historia reciente de Chile: los incendios de Valparaíso. Conscientes de la magnitud de la tragedia, que dejó miles de viviendas destruidas y a más de 12.500 personas damnificadas, organizamos cinco cuadrillas de voluntarios que se desplegaron en las zonas más afectadas, como El Salto, El Olivar y Achupallas. Estos equipos se dedicaron a remover escombros, entregar artículos de primera necesidad y coordinar esfuerzos con recicladores de base y autoridades locales para asegurar una respuesta rápida y eficiente.
Además, Aceros AZA se comprometió a montar faenas en centros de acopio municipales, encargándose de la segregación y valorización del material ferroso que resultó de los incendios. Con la instalación de prensas móviles, una garra forestal, y una flota de ampliroll con contenedores y camiones especializados, apoyamos a los recicladores locales en la compactación de chatarra, acelerando el proceso de limpieza y contribuyendo a la recuperación de la zona afectada. Este esfuerzo no solo demuestra nuestro compromiso con la comunidad, sino también con la sostenibilidad, al asegurar que los materiales reciclables sean gestionados de manera responsable.
Lo que alguna vez fue un territorio marcado por la devastación, hoy se convierte en un testimonio del poder de la colaboración y el compromiso social. A través de “Voluntarios de Acero”, seguimos forjando lazos sólidos con nuestras comunidades, no solo brindando ayuda inmediata, sino también contribuyendo al desarrollo de un entorno más seguro y sostenible.
https://www.aza.cl/2024/wp-content/uploads/2024/05/Reporte-Sostenibilidad-AZA-2023.pdf (Pag 57 y 75).
Resultados Cuantitativos:
Desde el inicio de “Voluntarios de Acero”, hemos movilizado a 90 voluntarios que han participado en 7 actividades clave, donando 352 horas de trabajo y beneficiando a más de 460 personas.
Durante los incendios de Valparaíso en 2024, se desplegaron cinco cuadrillas, se instalaron cuatro prensas móviles, y se pusieron en operación una garra forestal y una flota de ampliroll con seis contenedores, lo que permitió compactar y retirar rápidamente 5000 toneladas de chatarra, apoyando la recuperación de la zona.
En el contexto de la Ley 16.744, la mutualidad debe entregar a la víctima de un accidente de trabajo o enfermedad profesional, las prestaciones que le permitan su curación o mientras subsistan los síntomas de las secuelas causadas por la enfermedad o el accidente. La ACHS propone una intervención integral e integradora, atingente con la conceptualización y convenciones internacionales, que de respuesta real a la necesidad del trabajador y trabajadora, de tal manera que establece modalidades y estrategias de intervención que van más allá de lo explicitado en la Ley y que se asumen desde una perspectiva de compromiso social.
De esta manera la ACHS, ha desarrollado e implementado a través del Hospital del Trabajador, servicios de atención en salud ocupacional, atenciones médicas de urgencia, tratamiento y rehabilitación, contando con profesionales especialistas con gran compromiso ético y social, además de infraestructura dotada de avanzada tecnología que permite brindar atención profesional a hombres y mujeres trabajadores accidentados o que han desarrollado alguna enfermedad profesional.
Junto a los equipos médicos curativos dispone de uno de los Servicios de Rehabilitación más importantes del país. Este a través de su equipo multidisciplinario se plantea como finalidad “alcanzar la máxima recuperación de las funciones alteradas producto de un accidente del trabajo y/o enfermedad profesional y alcanzar la integración social y laboral de las personas afectadas”. Esto implica realizar esfuerzos sostenidos para alcanzar la participación activa de las personas en su vida, con niveles adecuados de autonomía e independencia de acuerdo a sus capacidades, intereses y valores personales.
El Programa de Rehabilitación Profesional implementado en Terapia Ocupacional ACHS, considera desde siempre, la acción a nivel de las empresas que asegure la reincorporación laboral del trabajador con discapacidad, a través de estrategias de empleo con apoyo, adecuaciones ergonómicas y sistemas de reintegro adaptados. Todo ello con un trabajo directo y permanente de involucramiento del empleador y el trabajador, lo que exige desarrollar estrategias innovadoras para orientar y crear conciencia en el empleador respecto del rol que le cabe en este proceso social, al ser el principal agente de oportunidad u oferta laboral, abarcando las etapas de: evaluación ocupacional, orientación profesional, adaptación/formación, colocación y seguimiento.
Resultados Cuantitativos
La evaluación de la efectividad del Programa de Rehabilitación Profesional en la reinserción efectiva del trabajador se realiza mediante un estudio de seguimiento, utilizado desde 1975, que apunta a conocer la situación de aquellas personas que han sido dadas de alta luego de 2 años y que presentan una discapacidad.
Medición realizada en el años 2020
– Población de estudio: Accidentados dados de alta durante el año 2017 que fueron atendidos en el programa de Rehabilitación Profesional de Terapia Ocupacional HT. 45 personas
– Modalidad de evaluación: llamado telefónico e información ficha clínica
– Población final de estudio (personas que fueron ubicadas): 44 personas
– Sexo: 38 hombres (86%), 6 mujeres (14%)
– Han vuelto a trabajar después del accidente: 82%
– Se encuentran realizando alguna actividad laboral al momento del estudio: 68%
La gestión de residuos es uno de los principales desafíos ambientales a nivel global y particularmente en la industria hotelera. A nivel mundial, los hoteles generan grandes volúmenes de desechos sólidos, incluyendo plásticos, papel, metales, vidrio y residuos orgánicos. Estos últimos, derivados principalmente de las operaciones gastronómicas, representan entre el 30% y el 60% de los residuos totales producidos por los hoteles y restaurantes, según un estudio de la Organización Mundial del Turismo (OMT) y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
En el contexto nacional, la generación de residuos orgánicos es una problemática creciente. Según el Ministerio del Medio Ambiente de Chile, el 58% de los residuos generados en el país son orgánicos, de los cuales más del 95% se envían a vertederos sin tratamiento previo. Esta tendencia no solo contribuye a la saturación de los vertederos, sino que también genera emisiones significativas de gases de efecto invernadero, en particular metano, un gas con un impacto climático 25 veces superior al dióxido de carbono.
En el sector turístico chileno, particularmente en la industria hotelera y de restaurantes, la situación no es diferente. La gestión de residuos orgánicos ha sido un desafío constante, y muchos establecimientos se ven limitados por la falta de infraestructura adecuada para el reciclaje y compostaje. A pesar de los esfuerzos por implementar prácticas de sostenibilidad, como la separación de residuos y la reducción del desperdicio de alimentos, la mayoría de los desechos orgánicos terminan en vertederos, generando un impacto ambiental negativo.
El creciente costo de la disposición de residuos, junto con las normativas ambientales cada vez más estrictas, como la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), ha forzado a las empresas a buscar soluciones innovadoras para mitigar su huella ambiental. En este escenario, los bioprocesadores emergen como una solución eficiente y sostenible para tratar los residuos orgánicos in situ. Estos equipos, diseñados para acelerar la descomposición de materia orgánica, permiten reducir la cantidad de residuos que se envían a los vertederos, minimizan las emisiones de gases de efecto invernadero, y generan subproductos útiles como abono.
Como Caja Los Andes, dada la urgencia climática mundial hemos decidido asumir un compromiso ambiental con mayor énfasis en nuestra agenda de sostenibilidad. Contamos con una estrategia climática que incluye seis pilares: gestión energética, gestión hídrica, biodiversidad, papel, riesgo operacional y economía circular.
Dentro de este último pilar, nos fijamos como meta para 2030 de que solo un 10% de nuestros residuos terminen en relleno sanitario, es por esto que surge el proyecto de instalación de bioprocesadores en la red hotelera de CLA. El objetivo principal es reducir la cantidad de residuos orgánicos enviados a relleno sanitario por la operación de nuestros restaurantes, mediante la implementación tecnológica de 19 equipos bioprocesadores en cada uno de los 10 restaurantes que tenemos. Esta solución alinea nuestras operaciones con los objetivos del desarrollo sostenible. Estos equipos en los que invertimos aceleran la descomposición de los residuos orgánicos a través de la incorporación de microorganismo y de un eje rotor el cual se encarga de mezclarlos con los residuos, además la unidad de control de estos equipos calienta el interior del tambor para permitir suficiente contacto entre los residuos y los microorganismos, creando un ambiente adecuado para la degradación, la cual logra realizarse entre 6 y 24 horas.
Para dar un cierre al círculo, el abono obtenido es utilizado en nuestros jardines, nutriendo y fortaleciendo la tierra utilizada. Además de sumarse al stock de souvenir y merch para distintas actividades.
Además a partir de este proyecto han surgido otras iniciativas empujadas por parte de nuestros colaboradores, por ejemplo en agosto 2024 la Gerencia de Administración y Finanzas, realizó una actividad de integración en dónde se invitó a a los trabajadores de esta gerencia a realizar una huerta orgánica en nuestro edificio General Calderón, dónde se fortificó la tierra con el abono orgánico obtenido en el restaurante, de este mismo edificio. Esta actividad sirvió para la integración de los equipos y para informar y comunicar sobre el proyecto, regalándoles finalmente a cada uno de los participantes saquitos de abono para que pudiesen utilizar en sus hogares.
Este proyecto como se mencionó anteriormente, se alinea con los objetivos y metas del desarrollo sostenible, a continuación, se detalla a cuales impactamos:
Nuestro Objetivo: Transformar los residuos orgánicos en abono sólido que se usará en los jardines de nuestros hoteles. Al reducir la huella de carbono y mejorar la gestión de suelos en nuestras propiedades, este proyecto contribuye tanto a la acción climática como a la restauración y conservación de los ecosistemas.
Resultados Cuantitativos:
Desde la implementación de la iniciativa en abril de 2024, hemos logrado evitar enviar a relleno sanitario 1.295 kg de residuos orgánicos, transformándolos en 259 kg de abono sólido.
Esta cantidad de abono nos ha permitido mezclarla con aproximadamente 2.072 kg de tierra, logrando así obtener una tierra más nutritiva para nuestros jardines.
Este periodo ha sido de marcha blanca y aprendizaje para los operadores de cocina y de los bioprocesadores (equipo de jardinería), por lo cual se espera ir paulatinamente aumentando el reciclaje de orgánicos.
Llevamos un 90% de avance del proyecto, esto significa 9 de 10 restaurantes equipados con las bioprocesadoras.
Se espera que en un año de operación logremos gestionar mas de 12 toneladas de residuos orgánicos, lo que significa la obtención de aproximadamente 2,5 toneladas de abono orgánico.