El ADN Ambiental es una técnica que permite el reconocimiento de especies de vertebrados e invertebrados a través de la pesquisa de rastros genéticos (por pelos, plumas, piel, orina, fecas, saliva, carcasas, gametos, etc.) que permanecen en el entorno, como follaje, suelo, esteros o ríos, tras su interacción con el medio. En el caso de las muestras de agua, estas son filtradas, encapsuladas y posteriormente analizadas en laboratorios especializados, lo que permite identificar las especies presentes a través del ADN encontrado.
Su uso representa una innovación en dos dimensiones:
La aplicación de metodologías de secuenciación genética en monitoreos ambientales es aún reciente a nivel mundial. En sus inicios, Anglo American debió enviar las muestras a laboratorios en Inglaterra para su análisis. Hoy, gracias al éxito de su implementación en Chile, se están estableciendo laboratorios nacionales que permitirán ampliar su uso y robustecer la base de datos de especies.
La posibilidad de construir un banco de secuenciación genética a nivel país abre un horizonte transformador: poner esta información a disposición de investigadores de todo el mundo para distinguir linajes, establecer parentescos con especies de otros continentes y definir rangos de distribución de manera precisa. Esto permitirá detectar especies en sitios aún no catastrados, ampliar áreas de conservación cuando corresponda, evaluar la adaptación de las especies frente al cambio climático y diagnosticar oportunamente la presencia de invasoras, fortaleciendo así los planes de conservación con mayor eficacia y dinamismo.
La innovación mejora la información sobre el registro de especies en comparación a la metodología tradicional, además permite:
– Aportar información a una base de datos especializada y mundial: bio atlas que promueve la International Union for Conservation of Nature (IUCN) (https://ebioatlas.org/)
-Evaluar los actuales grados de protección que define el Reglamento de Clasificación de Especies al contar con mayor información, ya que permite contrastar los rangos de distribución que actualmente se han establecido para estas especies.
-Diagnosticar la presencia de especies invasoras que compiten por recursos con las especies nativas, para de esa manera establecer planes de conservación.
-Evaluar espacialmente la distribución, expansión o reducción de las especies en el tiempo (nativas o exóticas) y generar planes de gestión y conservación efectivos.
-Evaluar, de forma oportuna, el grado de éxito (evolución) de las medidas de conservación recomendadas o efectuadas por las empresas al iniciar alguna actividad que involucre perturbaciones en la naturaleza.
Resultados cuantitativos:
Esta técnica aporta significativamente a centros de biodiversidad e investigadores ofreciendo una nueva herramienta para diagnosticar la distribución de especies y beneficiando a miles de usuarios en todo el mundo.
El muestreo de eDNA detecta un 25% más de mamíferos terrestres que las cámaras trampa, fortaleciendo la gestión y conservación. Así lo evidencian los resultados del muestreo de vertebrados de El Soldado, donde se detectaron 48 taxas a partir de 15 muestras: 13 peces, 3 anfibios, 24 aves y 11 mamíferos.
Gracias a esta innovación, es posible compatibilizar el desarrollo económico y el cuidado ambiental, al identificar rápidamente y precisamente impactos sobre la biodiversidad, facilitando ajustar o detener proyectos, crear áreas protegidas y redefinir planes de conservación.
Entre 2021 y 2023 se colectaron muestras de agua en El Soldado y actualmente se toman muestras de polvo en follaje y sustratos en Los Bronces, para evaluar la riqueza de especies mediante secuenciación genética.
Estas metodologías innovadoras permiten contar con información de las áreas de distribución de especies nativas y exóticas con el fin de determinar dónde efectuar medidas pertinentes asociadas a la conservación y frenar el avance de las especies exóticas, aportando información clave para la gestión de proyectos de Anglo American.