
Esta iniciativa, de economía circular, consiste en la reutilización de relaves mineros y escorias de fundición -recursos que actualmente son considerados “residuos” por no tener un uso alternativo- como áridos artificiales o materiales de cimentación, dándoles una nueva vida y maximizando con ello el uso de recursos producidos en Chile, lo que reduce los costos de construcción de obras civiles de manera muy importante (50%).
Se trata de una innovación que nace de un trabajo conjunto entre Anglo American e investigadores privados, el cual permitió identificar, luego de 5 años de investigación, métodos y reactivos que desarrollaron un material constructivo que, en vez de utilizar áridos naturales, usa más de 95% de relaves y escorias y solo un 5% de elementos de primer uso. Esto se traduce en la creación de un producto comercial con costos un 50% menores que la construcción de caminos convencionales. Así, la solución creada soluciona tres problemas:
– En lo medioambiental: en un contexto de cambio climático, donde se prevén eventos meteorológicos extremos, la condición en la que se resguardan las riberas de los ríos generan impactos significativos en eventos de inundaciones en la comunidad, por lo que la sobre explotación, legal e ilegal, de áridos ha generado una pérdida significativa de biodiversidad, socavamiento de infraestructura y daños al régimen de escorrentías de los cauces, lo que es un grave y peligroso problema medioambiental y social. En este sentido, la creación y uso de áridos naturales evita la extracción continua de arenas y la molienda de piedras para fabricar áridos y arenas, viene a resolver un problema.
– En lo social: existe un déficit de obras civiles públicas, como caminos pavimentados, viviendas, hospitales, cárceles, etc., las que, al ser caras, compiten entre sí. Utilizar estos residuos mineros como material o árido artificial tiene costos 50% menores que los de la construcción convencional y una huella de carbono 90% inferior a la de los caminos tradicionales, con tiempos de construcción reducidos por su mayor eficiencia.
– Para las mineras, contribuye a eliminar “residuos” que se almacenan ocupando un espacio valioso y limitado, que solo por no habilitar el uso masivo, no es posible disponer como materia prima para otras industrias.
A la fecha, el desarrollo y uso han sido internos al interior de las faenas de Anglo American, con inversiones en pilotos de pavimentación del orden de 1 millón de dólares y con una proyección de US$30 millones para los próximos 5 años. Desde enero de 2025 estos pilotos están siendo evaluados por la Dirección General de Obras Públicas del Ministerio de Obras Públicas de Chile y el Ministerio de Minería, gracias a la firma de un convenio de colaboración, con la expectativa de masificar su uso a nivel estatal.
Nuestra expectativa, además, es poner a disposición de empresas del rubro de la construcción, como las cementeras, concesionarias, u otras, este conocimiento.
Resultados Cuantitativos:
Contamos con los certificados de pruebas técnicas que demuestran que estos áridos artificiales no son dañinos, no contaminan ni lixivian. En desarrollo hay iniciativas del INN para normas técnicas y del Laboratorio Nacional de Vialidad para incluirlo en el Manual de Carreteras y está incorporado como árido artificial en la modificación a la Ley de Áridos que se encuentra en 3er trámite en el Congreso.
En lo económico se observa que los costos van bajando a medida que mejoramos los métodos constructivos. Así, el indicador es el costo por m² de camino estándar para carretera, el cual está bajo los 40 US$/m². El valor por m³ de árido virgen es US$12 a US$15, mientras que el valor por m³ de escoria es US$1. Para 1000m de camino, se utilizan 3.000m³ de áridos. Si se reemplaza el 75% de áridos naturales por escorias, el total de escoria a usar es de 2.250 m³. Así, el costo del árido natural para 1000m es de US$39.000, mientras que el costo del árido artificial para 1000m con escorias es de US$2.250.
Información complementaria: