En Caja de Compensación La Araucana creemos que el acceso a la ciencia, la innovación y la tecnología es un derecho social, no un privilegio reservado a unos pocos. Con esta convicción creamos los Fondos Concursables de Educación STEM, un programa que financia la instalación de laboratorios de robótica, química analítica y biología molecular en colegios con alto Índice de Vulnerabilidad Escolar (IVE), situados en comunas rurales, apartadas o insulares, donde históricamente la infraestructura científica ha estado ausente.
La iniciativa surge de una constatación: la brecha en el acceso a la educación STEM en Chile refleja las desigualdades sociales y territoriales más profundas. Mientras colegios privados del sector oriente de Santiago cuentan con laboratorios de última generación, miles de escuelas públicas carecen de infraestructura mínima. Esto condena a niños y jóvenes a mirar el futuro científico desde la distancia, privándolos de experiencias que despiertan vocaciones y competencias claves para el siglo XXI.
En 2024 dimos un primer paso histórico: instalamos laboratorios en 10 colegios vulnerables de Chile, beneficiando a más de 27.500 estudiantes y docentes. Niños de comunas rurales, urbanas periféricas y localidades aisladas tuvieron por primera vez contacto con equipos de robótica, kits de programación, microscopía de biología molecular y equipamiento de química analítica. Lo que antes solo existía en las aulas de colegios privados de élite, llegó a comunidades educativas con un Índice de Desarrollo Comunal promedio de 0,42, es decir, en contextos de vulnerabilidad media a alta.
Un ejemplo emblemático fue un colegio insular en la Región de Los Lagos: muchos estudiantes nunca habían salido de su isla y algunos jamás habían visto una escalera mecánica. Hoy esos mismos niños tienen acceso a un laboratorio de robótica y kits de programación, abriendo un universo de oportunidades que antes parecía inalcanzable. Esta historia refleja el corazón del programa: llevar la ciencia donde nunca había llegado y sembrar vocaciones STEM en lugares olvidados.
En 2025 reforzamos esta ruta de impacto: recibimos 260 postulaciones de 38 comunas y 11 regiones, de las cuales 40 fueron completadas en la plataforma. Finalmente, 10 nuevos colegios resultaron adjudicados, que en septiembre comenzarán a implementar sus laboratorios con apoyo de la Caja y de proveedores tecnológicos. Cada laboratorio se financia con un modelo de coinversión: $5 millones aportados por la Caja y $3 millones por aliados tecnológicos, alcanzando una valorización total de $8 millones por proyecto.
El impacto es concreto y acumulativo:
Lo innovador de los Fondos Concursables STEM es que no solo reducen listas de espera educativas, sino que evitan que nuevas generaciones crezcan sin oportunidades. Entregar un laboratorio en un colegio vulnerable es más que infraestructura: es inspirar autoestima, innovación local y sentido de futuro.
En definitiva, los Fondos Concursables de Educación STEM no entregan solo equipos: abren mundos, siembran vocaciones científicas y construyen futuro desde los territorios más vulnerables de Chile.
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